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Pa'l bolsillo
¿Es buena idea que Transmilenio haga apartamentos?
Pipol, el 20 de noviembre la Alcaldía de Bogotá anunció que ahora Transmilenio también hará proyectos inmobiliarios, pero, ¿qué tan bien puede salir eso? Aquí le contamos.
Autora: Paula Bedoya
05 de diciembre de 2025
Según Transmilenio esta idea salió de otras iniciativas globales como en Curitiba, Brasil o Hong Kong, donde cada vez es más común que las empresas de transporte público participen en proyectos inmobiliarios en zonas cercanas a sus estaciones.
¿De qué se trata?
No es que Transmilenio vaya a hacer edificios, sino que estará en la cabeza de los proyectos pa’ invitar a constructoras, inversionistas y gente experta a participar en estos. La idea es que los proyectos se desarrollen en predios cerca a las estaciones y troncales del sistema.
A este modelo se le conoce como Desarrollo Orientado al Transporte, según el Banco Interamericano de Desarrollo, es una forma en que las ciudades pueden estar más conectadas y así las personas no tendrían que pasar 3 horas en un carro para ir de un lugar a otro.
Según Ricardo Sampaio, Ingeniero Civil experto en transporte y planeación urbana, este modelo ha funcionado en otras ciudades como Taiwán y Reino Unido, y ha permitido que los sistemas de transporte consigan más plata para financiar su operación y eso es clave en el caso de Transmilenio que ha estado en la B con la plata.
¿Por qué Transmilenio se puede meter en negocios de construcción?
Porque la ley se lo permite.
Según Erik Vergel, arquitecto PhD en Planificación Urbana y profe’ de la Universidad de los Andes, la entidad ya era una gestora por ser un sistema de transporte masivo integrado. Lo que cambia es que ahora será un operador urbano.
Desde 2021 Transmilenio tiene aval en el POT pa’ desarrollar esos proyectos. Y en 2025 con el decreto 061 se impulsaron los Proyectos de Renovación Urbana para la Movilidad Sostenible para coger zonas de la ciudad no tan desarrolladas y construir ahí.
¿Qué es lo positivo de todo esto?
Varias cosas.
Según Fernando Carriazo, PhD en Economía Agrícola, Ambiental y Regional y Decano de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, uno de los puntos positivos es que estos proyectos le pueden dar más plata al sistema de transporte público.
Esto se haría con mecanismos de recuperación de valor, es decir, las zonas aledañas a las estaciones y troncales de Transmilenio se valorizarían a través de inversiones públicas y privadas en las que las viviendas y locales comerciales aumenten de valor.
Y Transmilenio nos contó que la estrategia busca que constructores, fiduciarias e inmobiliarias sean las que inviertan en los proyectos, entonces no tendrían que sacar mucha plata del bolsillo para ejecutar los proyectos.
Además
Por otro lado, la estrategia permitiría sacarle más jugo a los suelos que hoy no se están utilizando.
Según el profe’ Vergel, los predios que están alrededor de troncales que quedan remanentes (vacíos) pueden usarse para desarrollar estos proyectos inmobiliarios y comerciales, que además tendrán otros beneficios como la posibilidad de construir edificios más altos, aprovechar la cercanía al transporte público como un atractivo para vender, por ejemplo.
Ambos expertos, Vergel y Sampaio, coinciden en que es un proceso del que pueden aprender otras entidades. Es decir, que Transmilenio ahora se ponga la 10 para liderar estos proyectos puede hacer que después entidades como las terminales de transporte o el Metro cuando esté listo también lideren estos proyectos en otras zonas de la ciudad y hasta puedan trabajar juntas.
¿Cuáles son los riesgos?
Así como hay cosas buenas, también hay que tener cuidado para que la implementación no afecte a las personas y que se pueda aprovechar al máximo estas alianzas público-privadas.
Según Transmilenio, por ahora los recursos que recojan solo irían pa’l sistema de transporte. Pero para el profe’ Vergel, eso también debería reinvertirse en más desarrollo urbano como parques, instituciones educativas o proyectos de viviendas de interés social y prioritarias (o sea, que no solo los privados financien eso).
Además, hay riesgos de desplazamiento o gentrificación. Como habría más servicios y serían suelos más valorizados, a la gente que hoy en día vive alrededor le quedaría difícil seguir pagando un arriendo porque suben de precio más de lo esperado o incluso el nivel ruido que genera el transporte podría hacer que las personas decidan irse a otro lugar.
Por eso los subsidios deberían estar bien focalizados, para que no solo la gente de plata compre esas viviendas bien ubicadas. Además, es clave incluir a la comunidad en el desarrollo de los proyectos.
Otro punto clave
Es que Transmilenio por querer abarcar mucho, abarque poco. Por eso es necesario planear bien esta nueva etapa de gestor urbano para que su operación del transporte no pierda foco.
Aunque hay gente que dice que Transmilenio no tiene experiencia en desarrollo urbano, la verdad es que sí la tiene porque no solo construyen estaciones, sino que hacen diseños urbanos en las zonas que intervienen. Obvio, podrán robustecer sus equipos de gestión urbana ahora que le meterán full a eso.
Lo ideal sería que esto traiga beneficios no solo pa’l transporte sino también para la gente y eso incluye pensar en la calidad, tamaños y precios de la vivienda que ofrecerán.
¿Ustedes qué piensan de esta iniciativa? Compartan esta nota si les gusto, bai.
Agradecimientos especiales a Ricardo Sampaio, Ingeniero Civil experto en transporte y planeación urbana, Fernando Carriazo PhD en Economía Agrícola, Ambiental y Regional y Decano de Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos, Erik Vergel Tovar arquitecto PhD en Planificación Urbana y profe’ de LA Universidad de los Andes, a Transmilenio por sus comentarios claves pa’ desarrollar este contenido.
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